Palabra náhuatl, con la cual los aztecas o mexicanos denominaban al paradisíaco territorio, ubicado en el Occidente de México, en el que se asentó el Señorío Purépecha o Michhuaque, gobernado por el Irecha (llamado Caltzontzin por los mexicas). Esta vasta demarcación cuenta con altas y encrespadas montañas cubiertas de exuberantes y magníficos bosques de finas maderas, ricas en flora y fauna silvestre; feraces praderas y fértiles valles, con el clima apropiado para el hábitat y multiplicación de toda clase de animales y plantas; así como numerosos ríos, frescos y cantarinos arroyos, hermosos lagos, grandiosas lagunas e innumerables manantiales y ojos de agua, que lo convertían en un auténtico paraíso.
El vocablo Mich-huac-an se forma con la raíz o radical del vocablo michín, pescado, que en la escritura fonética se señala con un pescado; la partícula –huac–, posesivo calificativo de lugar; y la terminación –an, lugar (en la escritura fonética se señala con un cerro). La regla general de la lectura o interpretación de las palabras nahuas compuestas, es en sentido inverso a como están escritas; de donde Michhuacan dice simplemente lugar de los que poseen el pescado, de –an, lugar de; –huac–, posesivo del anterior y, michin, pescado, de la que sólo pasa su radical mich–. Su representación es un jeroglífico, de tipo fonético, formado por un pescado, que da el fonético mich, colocado sobre un cerro que suena can. Huac–an, es una terminación compuesta, muy frecuente en los nombres de lugar, cuyo significado es difícil de plasmar en la interpretación jeroglífica del topónimo.(Análisis morfológico de Salvador Garibay Sotelo) En el idioma mazahua se denomina Animaxe.
Tariácuri dividió el señorío en tres partes con sedes en
Tzintzuntzan,
Pátzcuaro e
Ihuatzio. La sede del Señorío que Tariácuri ubica en Mechuacan, Tzintzuntzan o Uitsisilan, se lo entregó a su sobrino Tangaxoan, encomendándole el gobierno de la Región Serrana una parte del gran Señorío Michhuaque. La sede del Señorío que Tariácuri ubica en Pasquaro, se lo entregó a su hijo Hiquíngaje, encomendándole el gobierno de la Región Lacustre (los sitios aledaños a la Laguna de Mechoacan, actual Lago de Pátzcuaro y tal vez algunos lugares cercanos a otros lagos intermontanos) en donde se encontraron con gentes que adoraban a sus mismos dioses y hablaban su misma lengua; tal vez la parte más importante del gran Señorío Michhuaque. La sede del Señorío que Tariácuri ubica en Coyucan, Cuyucan o Ihuatzio, se lo entregó a su sobrino Hirepan, encomendándole el gobierno de la Tierra Caliente otra de las partes del gran Señorío Michhuaque. Durante la colonia perteneció al virreinato de la
Nueva España. Estuvo dividida en varias alcaldías mayores, que posteriormente pasaron en 1786 a formar parte de la Intendencia de la ciudad de
Valladolid.


La historia de Michoacán se ha estudiado a partir de los
vestigios arqueológicos y otros recursos históricos, como la obra literaria
Relación de Michoacán, escrita en
1542, y se sabe que los primeros pobladores del estado fueron varias tribus
chichimecas que arribaron en diferentes años, y por consiguiente evolucionaron de manera diferente.
Las zonas arqueológicas que se han encontrado en el estado, y que han ayudado a esclarecer la historia del nacimiento y desarrollo de las
etnias que dieron inicio y esencia a la configuración cultural de Michoacán, datan del período formativo o
preclásico (
1500 a. C. a
200 a. C.), del
clásico (
200 a. C. a
800) y
postclásico (
800 a
1000), y entre ellos destacan:
El Opeño, el
Curutarán,
La Villita,
Tepalcatepec,
Apatzingán,
Zinapécuaro,
Coalcomán,
San Felipe de los Alzati,
Tzintzuntzan,
Tingambato,
Pátzcuaro,
Zacapu,
Uruapan y
Tzitzio.
El territorio michoacano estuvo habitado por los
purépechas o
tarascos, que se desarrollaron como una cultura dominante e impusieron su hegemonía económica, religiosa, militar y cultural a las demás etnias que también habitaban la región, como los
nahuas,
otomíes,
matlatzincas o pirindas y tecos. En la región, se hablaba además del idioma tarasco o purhepecha, las lenguas
coacomeca,
xilotlazinca,
colimote,
pirinda,
mazahua,
sayulteco,
náhuatl y
teca.
En la actualidad los pobladores nativos de estas tierras se dan el mismo nombre que a su lengua: purhépecha, aunque también se les conoce como tarascos.
Colonia española
Miguel Hidalgo y Costilla, cura criollo de
Valladolid, fue quien llamó a la lucha, el
15 de septiembre de
1810, en
Guanajuato, levantando en armas a
españoles,
criollos,
mestizos,
mulatos e
indígenas, para combatir al
ejército realista, llamada que llegó a Michoacán dos días después.
La Independencia
Mapa de Michoacán en el México de 1824.
Durante la guerra de independencia, iniciada por el
cura Hidalgo, se unieron al movimiento los hermanos López Rayón,
Ramón,
Ignacio,
Rafael,
José María y
Francisco, quienes lucharon al este de Michoacán, así como
José María Morelos y Pavón, cura de
Carácuaro que luchó en
Tierra Caliente, al sur del estado.
México Independiente
El estado se dividió en 4 departamentos y 22 partidos, por decreto de la
Ley Territorial de 1825, y el
19 de julio ya se tenía su primera Constitución Política. Ese mismo año fue elegido el señor Antonio Castro como primer gobernador del estado. A iniciativa del Congreso local, se le cambió a la capital el nombre de Valladolid, por el de
Morelia, en honor al insurgente
José María Morelos.
Geografía
El estado de Michoacán se ubica en el centro-oeste del territorio mexicano. Limita al norte con los estados de
Guanajuato y
Querétaro, al este con el
estado de México, al sur con
Guerrero al suroeste con el
Océano Pacífico y el noroeste con
Colima y
Jalisco. Cubre una superficie de 58,585 km², que representa el 3% de la superficie total del país, ocupando el lugar número 16 en extensión entre las 32 entidades federativas de
México. Se encuentra ubicado entre las coordenadas 17º 55' y 20º 24' de latitud norte, y las coordenadas 100º 04' y 103º 44' de longitud oeste.
Hablar de la comida de
Morelia es mencionar un sinfín de platillos. Algunos de los antojitos más famosos de esta ciudad son el pollo placero, pollo servido con papas, zanahorias y enchiladas bañadas en una salsa espesa de chiles, que puedes degustar en los mercados; las corundas, tamales triangulares envueltos en hojas verdes de maíz y los uchepos, tamales de elote tierno bañados con crema o servidos como acompañamiento de guisados.
Otras delicias incluyen el churipo, un caldo siempre presente en las celebraciones hecho con chile rojo, carne de res y verduras; la atapakua, un guiso cuyos ingredientes básicos son maíz y chile y se acompaña con carne y queso, y las famosas carnitas, trozos de carne de puerco fritos que se comen en forma de tacos, sobre tortillas de maíz.
Además de estos manjares, prueba el caldo *michi*, preparado con pescado y tuna agria; la morisqueta, un platillo de arroz, frijoles y carne asada de puerco y el aporreadillo, tiras de carne seca fritas con huevo y chile.
La cocina de Morelia también incluye excelentes postres que valen la pena mencionar. Los más famosos son los chongos zamoranos, una especie de cuajada de leche muy dulce y los ates de fruta, una pasta de frutas bien consistente. También podrás deleitarte con buñuelos, pan de nata, frutas en conserva, chocolate de metate, refrescantes nieves de pasta, a base de vainilla, huevo, leche y azúcar y por supuesto, las muy conocidas morelianas, obleas tipo hostias con leche quemada y azúcar.
El atole se prepara aquí con los más diversos ingredientes, incluyendo zarzamora, tamarindo, chile cascabel y hierbas para darle sabor. Ahora bien, si necesitas una bebida más fuerte para acompañar tus comidas, no hay nada mejor que la charanda, un potente aguardiente de caña.
Las recetas ancestrales de la cocina de Morelia, y del estado de
Michoacán en general, se pueden saborear en los restaurantes de comida regional de la zona tales como
Los Mirasoles de Morelia, Café Catedral, El Huerto de los Jesuitas y La Casa del Portal, entre otros.
Los platillos que no te puedes perder

CorundasTamales triangulares servidos con crema y salsa.

Chongos zamoranosPostre a base de leche cuajada con azúcar y canela.

CharandaBebida alcohólica obtenida de la fermentación de la caña de azúcar.